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Chocolate en verano: ¿placer o pecado?

chocolate verano
Todo sobre si es aconsejable comer o no chocolate en verano
Blanca Espada

El chocolate es uno de los alimentos más apetecidos y consumidos en todo el mundo. Su sabor dulce y su textura cremosa lo convierten en una tentación difícil de resistir. Pero, ¿es bueno o malo comer chocolate en verano? ¿Qué beneficios y riesgos tiene para nuestra salud? Si lo piensas el chocolate está muy presente también en la época estival, especialmente en los helados, pero debemos saber si es realmente aconsejable tomarlo cuando las temperaturas son elevadas. Descubramos más sobre el chocolate en verano y si es un placer o un «pecado».

Chocolate en verano: ¿placer o pecado?

El chocolate se elabora a partir del cacao, que es una semilla que contiene compuestos fenólicos con propiedades antioxidantes. Estos compuestos pueden ayudar a prevenir el envejecimiento celular, el estrés oxidativo, la inflamación y algunas enfermedades crónicas.

Algunos estudios han sugerido que el chocolate puede tener beneficios para la salud cardiovascular, ya que puede reducir la presión arterial, el colesterol malo y el riesgo de infarto. También se ha asociado el chocolate con una mejora de la función cognitiva, la memoria y el estado de ánimo.

Sin embargo, no todo es color de rosa. El chocolate también tiene sus riesgos, sobre todo si se consume en exceso o si se elige una variedad con poco cacao y mucho azúcar y grasa. Estos ingredientes pueden aumentar las calorías, las grasas saturadas y los carbohidratos del chocolate, lo que puede favorecer el sobrepeso, la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas.

Además, el chocolate puede provocar acné, caries, alergias, migrañas o problemas digestivos en algunas personas sensibles1. También puede contener sustancias estimulantes como la cafeína o la teobromina, que pueden alterar el sueño o la presión arterial.

Qué sucede con el chocolate en verano

Por lo tanto, comer chocolate en verano puede ser un placer o un pecado, dependiendo de cómo y cuánto lo consumamos. Lo ideal es optar por un chocolate negro o amargo, con al menos un 70% de cacao, y limitar su ingesta a unos 20 gramos al día. Así podremos disfrutar de sus beneficios sin caer en sus riesgos.

Por ello, tomarlo en helados o en postres de elaboración industrial por muy fresco que esté no es tan buena idea como se cree. El chocolate que se usa en este tipo de productos también da más sed, porque deshidrata debido a la alta cantidad de azúcares que llevan y que provocan que el cuerpo necesite utilizar mayor cantidad del agua que tiene para eliminarlos. Por ello, es mejor seguir las recomendaciones aportadas y evitar consumir el chocolate con bajo porcentaje de cacao o el que lleva muchas grasas y azúcares.

El chocolate es un alimento delicioso que puede alegrarnos el día, pero también debemos cuidar nuestra salud y nuestra figura. Por eso, en verano, no hay que abusar del chocolate, sino consumirlo con moderación y equilibrio. Y si queremos refrescarnos, podemos optar por frutas frescas o helados bajos en grasa y azúcar.

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